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jueves, 16 de agosto de 2018

Los Arquitectos del mundo


Uno de los conceptos más importantes del mundo de Gëa es, sin duda, el de los denominados «Arquitectos del mundo». Estos «Arquitectos» son nombrados infinidad de veces en la novela de «El tesoro de los gnorms».

Los Arquitectos son los descendientes del ente primigenio denominado Gëa, creador del universo y de todas sus leyes físicas, y son aquellos que terminaron de dar forma al orbe que este concibió antes de desaparecer.
Ya al final de su existencia, Gëa creó un mundo con el propósito de dotarlo de vida animada e inanimada. Una vez diseñada su esfera, hubo de sacrificarse en pos de su firme deseo. Su ser se dividió en dos partes claramente diferenciadas.
El primer elemento era su energía vital. Esta energía descendió a la superficie como una lluvia global e impregnó sutilmente toda la materia existente, dando así al poder denominado «esencia» y que tan sólo unos pocos elegidos son capaces de manejar.  
El segundo elemento era su conciencia, y esta se auto dividió en otras siete partes: sus «hijos». Estos hijos tomaron conciencia propia y, una vez que se dotaron de forma física, descendieron a la superficie del orbe para terminar el trabajo de su padre. Ellos fueron los Arquitectos del mundo, y cada uno tenía un poder especial con el que llevar a cabo su sagrada función.

He aquí una pequeña descripción de cada uno de ellos:

El primero de los Arquitectos y cabeza visible de sus hermanos fue Lüx, el señor de los cielos y heredero directo de Gëa. Fue el que repartió los poderes del padre a todos sus hermanos y el que estableció las pautas que debían tomar para llevar a cabo su propósito. Es venerado por la mayoría de pueblos y culturas.   








Eäreth fue el Arquitecto de la tierra y de la roca. Dio forma a los continentes, las cordilleras y el resto de accidentes geográficos. Lüx le dio permiso para crear a los gigantes y los enanos, que lo veneran con devoción. 











Seelëo fue el Arquitecto de los mares y océanos. Inundó el orbe de agua tanto en su superficie como en las profundidades de la tierra. Es adorado por la gran mayoría de marineros.Representa la pesca, la navegación y las artes del mar.







Irkhün fue nombrado señor de la muerte y Arquitecto del Inframundo, lugar situado en las profundidades a donde iban a parar las almas de los impuros de corazón. Tras serle negada la creación de cualquier tipo de criatura por su condición, confabuló contra sus hermanos instaurando la esencia oscura. Con ella dio forma a las más abominables criaturas con las que se lanzaría a la conquista del mundo en la Guerra de los Dioses.


 Helëa fue la Arquitecta del amor y la fertilidad. Una vez terminados todos los trabajos sobre la faz del mundo, contrajo nupcias con Lüx y, de esa unión, dieron la luz Astartë (Diosa de las artes) y Vennä (Diosa de la victoria). Al final de la Guerra de los Dioses, Helëa se sacrificó frente a su hermano Irkhün, dando la posibilidad al resto de sus hermanos de acabar con el Rey del Inframundo, que había infestado el mundo de sus más terribles abominaciones.

Fëdra fue la Arquitecta de la Naturaleza. Se encargó de crear los bosques y las tundras, de dar forma a los cauces de los ríos, los lagos y de crear todas las criaturas vivientes. Fue también la que dio vida a los Faunos y los Gnorms. Contrajo nupcias con Eäreth y tuvo como descendencia a los dioses Elrös (Comercio y viajes), Sanäe (Salud y medicina) y Leänor (Agricultura y ganadería).







Gneös fue el Arquitecto del conocimiento y sabiduría. Todos los pueblos inteligentes lo veneran, sobre todo los hombres. Contrajo nupcias con astartë (Diosa de las artes e hiha de sus hermanos Lüx y Helëa) con la que tuvo a Elwë, Diosa del Orden y la Justicia.


Los Arquitectos del mundo establecieron su morada en la isla de Eäreland y, desde el impresionante palacio de diamante que era su hogar, realizaron sus ingentes trabajos.Cuando ya estuvieron preparados dieron el último paso que les quedaba por dar: habitar el mundo con distintas especies inteligentes. Así surgieron los elfos, hombres, enanos, gigantes, faunos, centauros y gnörms.



El Arquitecto Irkhün (Rey del Inframundo) no obtuvo el permiso de su hermano Lüx para crear especies inteligentes y, a espalda del resto de sus congéneres, dio rienda suelta a sus más atroces perversiones y, gracias a la esencia oscura, infestó el mundo de Ogros, Trolls, Trasgos, Licántropos, Huargos y Dragones, entre otras aberrantes criaturas. Con su propia sangre dio existencia a sus herederos directos, tres terribles guerreros (Khalmüt, Hjalmär y Gyrdhër) que comandaron a todas aquellas criaturas en pos de la conquista del mundo. La famosa Guerra de los Dioses cambió para siempre la forma de vida sobre Gëa, pero sobre esa guerra mítica ya se hablará más extensamente en una próxima entrada.

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