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martes, 25 de septiembre de 2018

Los Paladines


La orden de la caballería se estableció a principios de la edad de la esencia. Aquellos ciudadanos que podían permitirse el lujo de poseer uno o varios caballos, con todos los gastos que ello conllevaba (armas, cuadras, tierras, pozos, caserío, servidumbre...) recibían el título de caballeros. La institución de la caballería estaba relacionada con un código de conducta y honor que definía no solamente el arte de la guerra, si no que también implicaba reglamentos específicos de conducta moral, social y religiosa. 


A la llegada de los ancianos Eladda a los pocos siglos del final de la "Guerra de los Dioses", fueron instituidas las "Academias de la esencia", donde los caballeros más insignes en el combate eran instruidos en el manejo de la esencia. Tras la desaparición de los viejos Eladda, la función de adiestramiento pasó a ser desarrollada por los magos y Archimagos.









Los primeros paladines (caballeros con la capacidad de utilizar la esencia) fueron enviados a la caza de las horribles bestias que habían sobrevivido a la sanguinaria guerra de los dioses, y que causaban estragos en distintos lugares del continente de Nearland.




Al principio los paladines eran elegidos entre los caballeros y oficiales más habilidosos de las tropas de los distintos reinos, si bien más adelante pudieron acceder a este estatus jóvenes sin dotes de mando y sin apenas experiencia militar, todo ello gracias a la financiación a fondo perdido de los reinos más poderosos durante las épocas de bonanza. Aparte de sus habilidades en dotes de mando y lucha, eran adiestrados en las artes de la esencia de la luz, pudiendo realizar varios hechizos de ataque y protección, aparte de realizar otras acciones excepcionales para cualquier ser humano. No llegaban a los conocimientos y aptitudes de los magos o archimagos, pero tenían las suficientes capacidades para poder enfrentarse a hechiceros, brujos y bestias del Inframundo.




 Varios de ellos fueron considerados héroes y sus gestas eran cantadas por los juglares en los palacios de los reyes e incluso en la propia calle ante la muchedumbre, creándose así un imaginario popular que encumbró, muchas veces y exageradamente, a algún que otro personaje.

Muchos siglos después, ya cuando estalló la terrible "guerra de los brujos", los paladines fueron los comandantes y generales que dirigieron los ejércitos de la Alianza contra las fuerzas de la oscuridad dirigidas por el mismísimo Khalmüt, el príncipe de la oscuridad. En la actualidad sirven a reyes como generales y consejeros, aunque su numero ha decrecido tanto que se pueden contar con los dedos de las manos.


Grandes y reconocidos Paladines fueron Sigürd de Trathia, Noäk de Paonia, Breandán y Duncan de Sèlvia, Rüy de Castia, Aidán de Gathia, Idunna de Mystland o  Cécil de Equitània.

En una próxima entrada hablaré de los "Ejecutores" o "paladines oscuros", que son el reverso imperial de los "paladines de la luz".

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