Lo cierto es que no me extraña.
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Este anciano elfo tiene nada más y nada menos que 454 años y, para ser un elfo de los bosques, le saca en altura una cuarta (20 cm) a la mayoría de sus congéneres. Siempre va acompañado de un añoso cayado de madera de roble en el que hay incrustado un enorme zircón con el que es capaz de canalizar la esencia y de lanzar poderosos hechizos.
Finarfin fue adiestrado concienzudamente por su maestro Ardamïr, con el que vivió numerosas aventuras. Pronto entabló contacto con los gnorms del bosque de Feörn y conoció al druida Pumbär junto a sus asistentes, entre los que se encontraba Bompür, el actual druida de Lepünchaüm.
Finarfin y Bompür entablaron una fructífera amistad, sobre todo cuando un hechicero venido más allá de la Gran Cordillera quiso establecer un reino de terror en los montes de Fëdra, acabando con todo el Clan de enanos allí asentado hacía ya varios siglos. Poco a poco este hechicero extendió sus dominios y varios elfos y gnörms fueron víctimas de sus sortilegios, entre los que se encontraban Farweë y Lòindil, el primogénito y la esposa del Rey Tarweë de Arboles Milenarios.
Tras una serie de cruentos combates en los que cayeron Farweë y el sabio Ardamïr; Finarfin, Bompür y su maestro lo derrotaron junto a todos sus seguidores.
Tras aquel episodio, Finarfin se convirtió en sabio consejero de Tarweë y, lo primero que hizo, fue llevar a la reina Lòindil al Santuario de Gwyllion para que esta sanara de un extraño mal.
Después de aquello, el sabio elfo realizó numerosos viajes por Farland. En ellos alertó a dirigentes y gobernantes para unir sus fuerzas contra todos aquellos que manejaran la esencia oscura. también realizó numerosos viajes a Gwyllion, en donde pronto entabló amistad con Tucalkëlu, el gran sabio de la capital del reino de los elfos de los valles.
Varias décadas después, Tucalkëlu fue misteriosamente asesinado. Finarfin viajó a la ciudadela con la intención de esclarecer los hechos, pero sin mucho éxito. Todo se complicó cuando el primer aprendiz de su fallecido amigo desapareció sin dejar rastro. Otro aprendiz de Tucalkëlu, en este caso Vardamaär, ascendió al puesto de gran sabio gracias al apoyo de muchos de los consejeros del reino. Vardamaär se mostró al principio bastante colaborativo con el elfo de los bosques, pero pronto cambió su forma de proceder. Sumió al reino de Gwyllion en una época de aislacionismo y al cabo de varios años declaró culpable del asesinato de Tucalkëlu a Almareër, el que fuera primer aprendiz del anterior gran sabio y del que nadie sabía su paradero. Finarfin no quedó convencido de aquella investigación, y en su último viaje al reino de Gwyllion no consiguió recabar mucha más información.
Los años fueron pasando lentos. Un día, su amigo Bompür y varios gnorms de Lepünchaüm fueron a pedir ayuda al rey Tarweë...
El resto de la historia ya la conocéis...
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Bueno, hasta aquí el relato de este personaje. Deciros que también es uno de mis preferidos. Quizá algún día cuente las peripecias de Finarfin y Bompür cuando eran algo más jóvenes, quien sabe...
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